JUNIO

VAMOS A CRECER, SEREMOS MÁS VOLUNTARIOS

La Asociación en la que estamos participando se ha ganado premios en Rumanía por envolver en sus proyectos más de doscientos voluntarios en algunas de las actividades a realizar, por lo que notablemente es un número muy grande, así que este año no sería diferente, en Junio las actividades se centraron en reclutar voluntarios locales, mediante visitas a más de quince escuelas de formación básica y media, hasta Instituciones profesionales de Arad, así que, debido a esto, las actividades con los niños tuvieron que detenerse durante este mes, porque ya llegaba el Festival de los Tomates, o Festivalul Paradacilor din Macea, que no es un festival como los que celebran en España, sino es un evento para promover el ciclismo y la vida saludable además de promover las cosechas de tomates de Macea, una pequeña población rumana, y también la producción del tomate en sus alrededores.

Paseo en bicicleta por los campos de Arad, Rumanía.

A pesar del montón de trabajo que trae promover los eventos para que voluntarios locales los apoyen, las clases de rumano no pararon, aunque ahora se centraban más en la cultura rumana, por lo que nuestro profesor nos llevaba a distintos lugares para que interactuáramos por personas locales, también fuimos en bicicleta a visitar un Monasterio muy antiguo de la Religión Ortodoxa, en donde por cierto mi bicicleta se dañó y caminamos por más de seis kilómetros hasta que alguien nos ayudó a solucionar el problema.

Nos distribuimos en grupos para ir a las escuelas, estuve bastante sorprendido porque podía interactuar con ellos en Rumano y entender lo que decían, lo cual no esperaba tan pronto, fueron varias semanas yendo a las escuelas y ahora teníamos una nueva compañera en la Asociación, que pasó a ser nuestra coordinadora de apoyo para el Festival, además llegaron estudiantes de España a nuestro piso y más de nueve voluntarios más de Turquía, ahora todo era una locura en el dormitorio, creo que no podíamos caber todos en ese piso. En este mes tuvimos meetings con voluntarios locales, reuniones en donde asistían más de sesenta o setenta chicos interesados en apoyarnos, eso fue una muestra de la buena labor que realizamos en las escuelas.

Grupo de voluntarios de Arad que asistieron a los meetings.

Además tuvimos el Mid Term, que es una nueva capacitación para voluntarios que se quedan más de cuatro meses en los países del proyecto, esta nueva capacitación fue en Brasov, una ciudad muy cercana al Castillo de Drácula, el famoso lugar en donde se basó la leyenda de esta historia, así que no desaprovechamos la oportunidad y fuimos a conocerlo, junto con otras fortalezas cercanas al lugar. En esta capacitación estaban muchos amigos que conocimos en marzo en el On Arrival Training, así que lo disfrutamos muchísimo, además que era época del mundial y fue un espacio genial para vivirlo con amigos, aunque a mí el fútbol no me mata, era momento para celebrar los goles con amigos de otros países.

Al final, como siempre teníamos reuniones para discutir acerca de los objetivos del mes, de los meetings anteriores, de las capacitaciones y de todo lo que estábamos aprendiendo e íbamos a aprender, así que en recuento fue un mes muy agitado, con actividades recurrentes y que exigían mucho esfuerzo pero todo valió la pena, ya estábamos listos para recibir el Festivalul Paradaicilor con todo preparado y con las baterías puestas para que fuera uno de los mejores, el resultado se sabrá en Julio, el último mes de estadía en Rumanía, pero hoy podemos decir que seguiremos creciendo y ya somos más voluntarios.

Voluntarios de Portugal, México y Colombia en el Castillo de Drácula, Transilvania, Rumanía.

MAYO

CADA VEZ APRENDIENDO MÁS DE RUMANÍA

Ahora sí llegaba el verano, bueno tal vez una primavera algo cálida, ya no se veía nieve por ningún lado y las actividades con las escuelas y la oficina continuaban. Luego de haber grabado los videos con los voluntarios para poder hacer publicidad de nuestros eventos, llegaba el momento de seguir mejorando nuestro rumano y aprendiendo más de su cultura para llegar a las escuelas con mejor conocimiento de ello. Cada vez que teníamos una integración con la comunidad local, o cada vez que Ramona se reunía con nosotros para enseñarnos acerca de su país, disfrutábamos esos maravillosos momentos y tratábamos de sacarles el mayor provecho a los mismos.

Las actividades con los niños continuaban igual, aunque dejamos de ir por un tiempo al Crisis Center debido a que había algunos problemas con la administración y con las actividades que nosotros intentábamos realizar, porque no siempre teníamos acompañamiento de algún superior del centro, lo que no nos hacía sentir cómodos allí. Sin embargo, las clases de rumano con el nuevo profesor Razvan iban cada vez mejorando, ya aprendíamos a cómo tener una conversación básica con locales, cómo ir al supermercado y comprar frutas y vegetales, además de saber diferenciar entre una conversación coloquial y una más formal. En la oficina estábamos diseñando flyers y publicidad para redes sociales, pensando en que el próximo mes deberíamos reunirnos con directores de escuelas para poder llevar esa publicidad allí.

Voluntarios de Turquía, México y Colombia celebrando en Día de Europa.

Para este mes estuvimos en un simposio en una escuela local, presentando cosas acerca de nuestros países, además de poder invitar a los estudiantes a ser voluntarios en nuestras actividades, y como valor agregado a esto, nuestros nombres y nuestros países estuvieron en la publicación oficial del simposio con un resumen de nuestras presentaciones y unos ensayos que escribimos para esa impresión. Además fuimos algunas veces al Cinema Arta, un lugar cultural de Arad en donde vimos “Romania Salvaje”, una proyección que nos dejó encantados, porque conocimos más profundamente las bellezas de Rumanía, particularmente a mí me encantó porque tenía un mensaje de cuidado por el Medio Ambiente.

Este mes hubo un festival en Timisoara, el Timisoara Refugee Art Festival, en donde fui voluntario y apoyamos las actividades que allí se realizaban, conocimos personas de Pakistán, Irak, Siria entre otros países, personas que están como refugiados en Rumanía y que hacen parte de programas de ayuda para su situación, fue una experiencia fascinante, además también fuimos a Turnu, un lugar cerca de Arad en donde aprendimos a hacer comida típica de este país, conocimos personas muy agradables y visitamos una casa tradicional rumana, con todos sus juguetes y todas las maravillas históricas que conserva este país.

Participando en una actuación de foráneos en Europa: “Soy de Colombia y mis brazos están abiertos”.

También tuve la oportunidad de conocer lugares hermosos de Rumanía durante este mes, como por ejemplo las Cascadas Bigar, un lugar con naturaleza envolvente y una maravillosa formación natural que me dejó anonadado y enamorado, también conocí el Castillo de Hunyad, en Hunedoara, una maravilla medieval que no tiene nada que envidiarle a otros castillos del mundo, este lugar con su gran historia me enseñó muchas cosas sobre Rumanía. En fin hubo muchas aventuras y actividades durante mayo, en lugares que son fascinantes y llenos de historias, además de que conocimos más a fondo la naturaleza rumana y las grandes estructuras históricas que siguen diciendo: “en Rumanía cada vez aprendes más”.

Una selfie desde Castelul Corvinilor, Romania.

ABRIL

MI PRIMER CUMPLEAÑOS LEJOS DE MI HOGAR

Los sueños seguían cumpliéndose, luego de algunas dificultades con las Asociaciones y los presupuestos establecidos, nos dimos cuenta que ya era hora de seguir adelante y dejar de lado las dificultades que pensábamos nos iban a molestar más, llegó otro mes y las labores en la oficina se estaban intensificando, obviamente seguíamos yendo al Crisis Center y también al Rainbow, pero debíamos concentrarnos en las actividades que próximamente empezaríamos a desarrollar con las Organizaciones, como reclutar voluntarios locales para que apoyaran nuestros proyectos además de planificar los eventos anuales que se avecinaban, tareas que requieren un montón de tiempo.

El clima por su parte estaba cediendo, ya no hacía tanto frío ni se congelaban las manos como antes, a pesar de que se me habían partido los labios y la piel de mi rostro se estaba cayendo en pedazos, no había razón para desfallecer y dejar de ayudar. Los programas con escuelas y actividades externas fueron llenando cada vez más el programa y debíamos planificar qué hacer para esos días, sin embargo teníamos una ventaja, en nuestro equipo había un profesor de deportes, que en sí sabe mucho de cómo trabajar con niños y hacer actividades que logren mejorar su comprensión e incrementen su actividad física regular, así que no teníamos de qué preocuparnos, solo de una cosa: el lenguaje, una barrera algo difícil de trabajar porque no todos los niños o todas las escuelas saben inglés, así que ahí estaba el desafío.

Voluntarios y mentora, claramente yo estaba tomando la foto

Además, este mes fue el mes de mi cumpleaños, la primera vez en toda mi vida que cumpliría años lejos de mis seres queridos, pero bueno, no es nada que no viera venir, sabía que algún día estaría tan lejos como para poder ir a casa a comer algo acompañado de mis papás y mis hermanos, pero hoy, gracias a la tecnología, estuve acompañado por ellos, así sea a través de una pantalla lo estuve. Fue gratificante saber cómo mis amigos me celebraron mi cumpleaños acá en Rumanía, la pasamos genial, comimos pastel y bebimos algo al mejor estilo rumano, con ellos compartimos momentos agradables en un lugar llamado Ghioroc, en donde hay un lago y una playa espectacular que disfrutamos como nunca, además de los bonitos detalles y regalos que recibí. Todo iba genial hasta que perdí un poco de dinero que hacía parte de mi mensualidad, fue muy triste pero si no fuera por los amigos, no sé qué hubiera hecho en ese momento.

En este mes debimos empezar a reclutar voluntarios, a trabajar en publicidad On line y Off line para redes sociales y escuelas, la idea era encontrar personas que quisieran apoyarnos voluntariamente en las actividades que íbamos a desarrollar, así que empezamos a grabar videos en rumano, una odisea completa, también empezamos a publicar en redes sociales, a manejar las cuentas de las Organizaciones y a diseñar flyers y brochures para expandir la información en Arad, lograr llegar a más personas y hacer aumentar el alcance de nuestro objetivo; todo esto funcionó de maravilla y durante el mes seguimos trabajando en ello.

Un día de cultura en Arad.

En cuanto a mis actividades de cultura y turismo, aunque claro, el voluntariado no está hecho para solo viajar y comer, pero igual hay que disfrutarlo, fuimos con mis amigos a varias fortalezas en Rumanía, como la de Soimos, Siria y Crisant, lugares que son parte de la historia medieval de este país y que además son asombrosas, en realidad la pasamos genial y fue maravilloso conocer estos lugares. También participamos en actividades culturales que querían exponer los bailes tradicionales y comida típica rumana, lo cual hizo que todo fuera diferente, porque empezamos a probar las delicias locales y a entender más de su cultura.

Todo estuvo de maravilla, la nostalgia fue lo único que empezó a llegar a mi mente, porque luego de dos meses todo empieza a ser diferente, recuerdas tu hogar y tu familia con más sentimiento que antes, quieres volver a casa y sentir las maravillas de tu país y, además disfrutarlas con tus seres queridos, pero hay algo que te dice que hay que seguir adelante, ya empiezas a tener una familia nueva, una que es genial y que te apoya aquí y ahora, esa es la familia Erasmus plus, los voluntarios que siempre están para sentarte contigo y ofrecerte un abrazo en los momentos de dificultad.

Visitando fortalezas de la Edad Media en Rumanía.

MARZO

INICIAMOS CON TODA LA ENERGÍA, PRIMER MES EN RUMANÍA.

El frío nada que se iba, en realidad me gustó mucho la nieve cuando llegué y empecé a sentirla y jugar con ella, pero luego de unos días ya estaba cansado, como un niño que se cansa de su juguete nuevo luego de usarlo todos los días. En realidad no tenía ropa adecuada para el invierno, solo traje algunos sacos y unas botas para nieve, pero no era algo que pudiera usar todos los días, cansaban un poco y estar con un montón de ropa encima no era de mi costumbre, sin embargo las cosas cambiaban cada vez que hacíamos actividades, porque más que el calor de los radiadores, la gente te hacía sentir especial, bueno no siempre, pero por lo menos los nuevos amigos en la oficina y los niños de los centros a los que íbamos hacían que olvidaras un poco el frío.

Inicialmente las actividades que desempeñamos fueron relacionadas a la oficina, mantenerla limpia, planear actividades para los niños de las escuelas y conocer más de la cultura rumana hacían parte del día a día. Recibíamos clase de rumano regularmente además de algunos refuerzos en inglés que nos estaban ayudando bastante porque, a pesar de que sabíamos que vendríamos a un país donde no se habla español, en la convocatoria nos habían dicho que no se requería ningún nivel de inglés, sin embargo fue muy necesario, todos hablaban en inglés, los meetings en la oficina fueron en inglés y si no entendíamos ¿cómo podríamos trabajar en ello? así que las clases de Inglés en serio que fueron útiles.

Disfrutando la nieve en las riberas del Mures.

Todas las semanas teníamos que ir al Crisis Center, un lugar para niños y jóvenes adolescentes con problemas en sus vidas, muchas veces era algo perturbador porque se veía que en el centro no se manejaban unas reglas estrictas, habían chicos que se aprovechaban de otros, se golpeaban entre sí y además eran niños que no entendían del mundo, que no querían hacer nada, que no les importaba qué pasaba a su alrededor y claramente tratar de hacer algo con ellos como actividades que los animaran fue muy difícil, nunca fue mi campo, sin embargo lo intentamos y siempre llevábamos algo que pudiéramos hacer y compartir con ellos. Hubo momentos en los que simplemente queríamos renunciar pero no lo hicimos, eso también gracias al ánimo que Özlem, voluntaria que venía de Turquía, ya que ella todo el tiempo nos animaba y decía que era parte de la experiencia, que eso nos llena el corazón, saber que tratamos de ayudar a chicos que tienen problemas, gracias a ella siempre tratábamos de hacer algo mejor.

También semanalmente teníamos que ir al Rainbow, un lugar para niños en donde Ramona, nuestra mentora, que por cierto es la mejor mentora del mundo, atendía a niños y les ayudaba con sus deberes. Allí ayudábamos también con temas de actividades extra clase, educación no formal, juegos y dinámicas físicas, aunque por el clima no podíamos salir con los niños al patio, pero igual se disfrutaba mucho con ellos. En realidad el Rainbow hico que tuviéramos más amigos de Rumanía y que disfrutáramos de nuestra mutua compañía.

Compartiendo con los niños un poco de la Cultura Colombiana.

En Marzo tuvimos algo que se llama el On Arrival Training, que es un entrenamiento para voluntarios con charlas y actividades en donde se enseña todo acerca del proyecto para voluntarios, acerca de las Agencias Nacionales, organizaciones de envío y recepción además de lo relacionado con el financiamiento, en fin fue genial, conocí personas de más de doce países como España, Italia, Moldavia, Grecia, Turquía, Francia, Portugal, Macedonia, Austria, Polonia, Eslovaquia, México, Lituania, Rumanía y claramente Colombia. Con ellos compartimos seis días en Bucarest y la pasamos genial, además allí paseamos mucho y aprendimos muchas cosas de la cultura de cada uno de esos países, compartiendo lo bueno que tenemos y haciendo nuevas amistades.

Amigos de muchos países en el On Arrival Training.

En Arad, conocimos el Museo municipal, participamos en noches interculturales y disfrutamos de la nieve haciendo algunas guerras de nieve y paseamos en Kayak sobre la nieve en las riberas del río Mures, un hermoso lugar que acompaña a Arad y atraviesa Rumanía. Junto a todos los voluntarios seguimos aprendiendo rumano y paseando por la ciudad, y claramente continuar con nuestras labores en la Oficina empezando por conocer parte de los proyectos deportivos que desarrolla Millennium Center, fue un buen mes, solo hubo que esperar a que el frío se fuera y los atardeceres se vieran en el horizonte.

Kayak en la nieve, riberas del río Mures.

ANTES DE LA PARTIDA

UNA NUEVA HISTORIA, MI PRIMER VIAJE A EUROPA.

Cuando era pequeño soñaba con viajar por el mundo, especialmente para hacer nuevos amigos y jugar a ser detective, agente secreto o un reconocido investigador, sin embargo sabía que era casi imposible, primero porque nadie de mi familia ha salido antes del país, o por lo menos mis padres y mis hermanos siempre han estado en Colombia; segundo porque no tenemos dinero para darnos esos lujos y sabía que había costos que no podríamos cubrir, y tercero porque simplemente era un sueño, hasta ese momento había aprendido que los sueños no pasaban de ser imaginarios de algo mejor, muy poco probables y solo una parte de la vida que nos hace sentir mejor, porque en nuestra mente se ven bien, alcanzables, pero en la realidad son mucho más complejos. Así lo pensaba cuando era tan solo un niño, pero no sabía que estaba tan equivocado.

A medida que fui creciendo aprendí a conocerme, entender mis habilidades y cualidades al igual que mis defectos, aprendí a vivir con ellos y utilizarlos en los momentos indicados, sabía que podía hacer muchas cosas, que había unas que me gustaban más que otras y se me daban más fácil, como las matemáticas, escribir y hablar en público, mientras otras como las habilidades deportivas no se me daban tan bien, sin embargo no hubo nada que me detuviera para estudiar y leer mucho, que es lo que más me gusta, la curiosidad por lo que pasa y cómo suceden las cosas a mi alrededor me llevó a investigar por mi cuenta para encontrar respuestas a preguntas que tal vez todos nos hacemos día a día, pero que no todos se atreven a responder, ahí empecé a entender que me gustaba todo lo relacionado con lo que me rodeaba, algo que me llevaría a tomar decisiones importantes en mi vida.

Mi familia despidiéndome desde San Luis de Gaceno.

Al salir del colegio, luego de tener muy buenos amigos y amar mi pequeño pueblo San Luis de Gaceno, me fui a estudiar a la ciudad, un paso importante, salir de un lugar algo desconocido y tranquilo a algo más grande, complejo y nuevo hizo que aprendiera a tener prioridades en la vida, convivir, estudiar, ser buena persona y ayudar entre otras cosas que siempre he mantenido en mi mente. Estudié Ingeniería Ambiental por 5 años en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y aún me falta más, pero decidí ser voluntario en el proyecto YOUNIC gracias a la convocatoria del Grupo de Acción Local del Valle de Tenza, GAL Valletenzano. Antes ya había sido voluntario en más de cinco proyectos y Organizaciones, pero nunca pensé que pudiera ir al exterior solo por querer ayudar, cumplir un sueño bajo una de las prioridades que había establecido para mí, ayudar.

Siempre pensé que siendo parte y cofundador de ProEco GreenWorld lograría hacer algo que me llevara al exterior, pero esto se me adelantó gracias a YOUNIC. Luego de todos los procedimientos y entrevistas fui seleccionado y empezó la tarea de preparar la salida hacia Europa y hacia Rumanía, una de las situaciones más emocionantes de mi vida, empecé a hacer maleta, hacer papeles, tramitar mi pasaporte y visa de larga estadía y viajar de un lado a otro para así dejar todas las actividades que tenía previstas para hacer en manos de personas de confianza.

Mi familia y amigos y Familia de Andrés (compañero Colombiano) en El Dorado, Bogotá.

Algunos días antes todo fue diferente, sentí una nostalgia enorme por dejar mi familia y mis amigos, después de 22 años en la misma región, solo viajando a algunas zonas al interior del país y de tener planes para realizar en mi municipio y tratando de buscar solución para terminar mis estudios, llegó un viaje al exterior, ¡al exterior! Después de solo pensar que sería una cosa que podría hacer cuando trabajara fuerte y ahorrara mucho, algo que pensé de niño que estaría muy lejos y ahora solo estaba a 2 vuelos y un tren de distancia, de las mejores sensaciones de mi vida. Tenía maleta lista y cámara en mano, porque desde hace años tomo fotos y grabo mucho de lo que pasa en mi vida, casi como si fuera un reporte para mi YO del futuro, porque quiero ver todo y pensar “Vaya, he vivido muchas cosas y he conocido gente maravillosa, ha sido buena vida” y hasta ahora todo va de maravilla.

Luego de despedirme de mis seres queridos y salir en el vuelo desde Bogotá, Colombia hasta Frankfort, Alemania, entendí que tal vez sería una eternidad lejos de todos, porque al final viví solo cinco años pero cuando necesitaba de abrazos de mis seres queridos solo necesitaba tomar un bus cinco horas y verlos, pero ahora ¿cómo podría tomar un vuelo de 11 horas y ver a mi familia? Sería casi imposible hasta que pasen los 6 meses, pero bueno, nada que no se pueda superar, estaba seguro que conocería buenas personas en Rumanía y también que pronto estaría con mi familia de nuevo, así que respiré, tomé el siguiente avión de Frankfort a Bucarest, Rumanía, que solo fue de dos horas, para llegar a tomar un tren de once horas hasta Arad, la ciudad en donde apoyaría el proyecto de Millennium Center Asociata, uno de los viajes más largos y agotadores que jamás he hecho. Desde Bucarest sentí el frío invernal que jamás he sentido en mi país, pero que en principio fue fascinante, algo nuevo, invierno en el Hemisferio norte, pero que luego de unas semanas y de haber jugado con la nieve un montón terminé odiando y deseando que llegara la primavera.

Sintiendo la nieve del invierno en Rumanía.

En fin, luego de los viajes de casi dos días ya estaba en Rumanía, ya estaba en el dormitorio que me designaron, compartiendo la habitación con mi compañero de Colombia y el piso con personas de México, Portugal y Turquía, ya estaba en el exterior, tenía que asumir esa verdad y empezar el proyecto, con más ganas que nunca y con toda mi disposición de ayudar, pensando igual que al final todos somos personas de costumbres y qué tal, como no lo había pensado antes, terminara enamorándome de Rumanía, era solo cuestión de esperar y empezar a escribir una nueva historia.